Lo que comenzó como una tarde tranquila a orillas del río Aluminé terminó en una pesadilla. Un hombre atacó con extrema violencia a su expareja, la golpeó en la cabeza, le asestó una puñalada en la pierna y la arrastró hasta su camioneta. Su intención era clara: matarla. Sin embargo, una amiga se convirtió en su ángel salvador y logró pedir ayuda a tiempo.
Ataque brutal y una huida desesperada
El intento de feminidio ocurrió el lunes por la tarde. La mujer estaba con un amigo cuando su expareja apareció armada con un cuchillo. Sin mediar palabras, comenzó a golpearla con saña en la cara y la cabeza, para luego clavarle el cuchillo en el muslo, a centímetros de la arteria femoral. No conforme con eso, continuó atacándola con patas hasta dejarla inmóvil sobre una piedra en el río.
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El amigo intentó defenderla, pero también fue golpeado y quedó tendido en el suelo. Mientras tanto, la víctima sangraba y luchaba por mantenerse consciente .
El agresor la obligó a conducir hasta su casa
Lejos de detenerse, el atacante la obligó a subir a su auto y manejar hasta su vivienda, siguiéndola de cerca en su camioneta. La mujer intentó frenar debido a sus heridas, pero él la amenaza de muerte si no continuaba.
En ese momento, apareció su amiga, quien notó el estado de la víctima y entendió que estaba en peligro. Pidió ayuda desesperadamente y logró alertar a los ocupantes de un vehículo que pasaba por la zona. Minutos después, un patrullero de la Policía llegó y detuvo al agresor.
Prisión preventiva y acusación por intento de feminidio
La fiscal Laura Pizzipaulo y la asistente letrada Margarita Ferreyra presentaron la acusación contra el atacante, identificado como MP. Se lo imputó por tentativa de homicidio agravado por el vínculo y violencia de género.
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En la audiencia, la jueza Bibiana Ojeda ordenó prisión preventiva por 30 días, advirtiendo que el hombre representa un peligro latente para la víctima y que su liberación podría entorpecer la investigación.