Los combustibles volvieron a aumentar en todo el país y Neuquén registró un alza promedio del 9%, a partir de la actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC), oficializada mediante el Decreto 617/2025. Con este incremento, septiembre suma el segundo ajuste consecutivo en lo que va del año, tras la suba de julio.
Cómo quedaron los precios en Neuquén
En la estación de servicio testigo de YPF, ubicada en Jujuy y San Martín, los nuevos valores son:
- Nafta Súper: pasó de $1.176 a $1.283 (+9,1%).
- Nafta Infinia: subió de $1.393 a $1.529 (+9,7%).
- Diésel 500: aumentó de $1.415 a $1.534 (+8,4%).
- Infinia Diésel: trepó de $1.614 a $1.755 (+8,7%).
Con estas tarifas, llenar un tanque de 48 litros con nafta súper en un Fiat Cronos (uno de los modelos más vendidos en el país) pasó de $56.448 a $61.584, es decir, $5.136 más en apenas un mes.
Un impacto directo en la vida cotidiana
El ajuste repercute en múltiples sectores. En una provincia como Neuquén, donde la movilidad es clave para la producción agrícola, el comercio y el transporte vinculado a Vaca Muerta, los mayores precios generan un doble efecto:
Un histórico supermercado abrirá una nueva sucursal en la Patagonia y sumará 120 empleados: ¿seguirá en Argentina?
- Más ingresos por regalías petroleras, que crecen en línea con los valores del crudo.
- Mayores costos para la logística, los trabajadores que dependen del vehículo particular y el traslado de mercaderías.
Además, el encarecimiento del combustible presiona sobre la inflación, ya que impacta en el precio del transporte y, en consecuencia, en la cadena de alimentos y servicios.
Estrategias de consumo y ventas
YPF, la empresa de control estatal, implementó un programa de descuentos nocturnos del 6% entre las 0 y las 6 horas a través de su aplicación. Según la compañía, esta política permitió un aumento del 28% en las ventas durante ese horario respecto del promedio de los tres meses previos, especialmente en los corredores urbanos con mayor flujo vehicular.
Desde el Gobierno nacional se remarca que este ajuste busca “sincerar los precios relativos”, reduciendo subsidios y alineando la energía con los valores internacionales. Sin embargo, en la práctica, el nuevo esquema se traduce en un fuerte desafío para los consumidores, que deben enfrentar el aumento del gasto en movilidad en un contexto de inflación persistente.