El entendimiento se inscribe en una línea de trabajo que ya fue anticipada en informes previos y que busca posicionar a Chubut dentro del mapa de proyectos vinculados a los combustibles sintéticos y a la descarbonización de industrias intensivas en energía.
El eje técnico del acuerdo es la posible integración de la planta de Aluar con el proyecto Eco-Refinerías del Sur (ERS), impulsado por GreenSinnergy. La iniciativa se apoya en tecnologías Power-to-Liquid, que permiten reutilizar el CO₂ industrial capturado y combinarlo con hidrógeno verde para producir combustibles sintéticos, entre ellos el SAF destinado al transporte aéreo.
Un cambio conceptual: convertir al dióxido de carbono en insumo, dejando de lado su rol de residuo
Desde el entorno del proyecto explican que la propuesta apunta a dar un salto conceptual: dejar de considerar al CO₂ como un residuo inevitable y convertirlo en insumo productivo. En ese sentido, el co-desarrollador Ismael Retuerto definió la iniciativa como un ejemplo concreto de economía circular aplicada a escala industrial, con impacto tanto ambiental como económico.
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Si el proyecto avanza hacia una etapa de desarrollo, el SAF producido permitiría reducir en más del 90% las emisiones netas de CO₂ respecto del combustible fósil tradicional, un dato clave en un sector —el aeronáutico— que enfrenta crecientes exigencias regulatorias y compromisos de reducción de huella de carbono a nivel internacional.
Foto: Patagonia Ambiental
Además del impacto ambiental, el acuerdo abre expectativas en términos de empleo calificado, transferencia tecnológica y fortalecimiento del entramado industrial regional. La eventual instalación de este tipo de soluciones podría consolidar a Chubut como un nodo estratégico en la producción de combustibles del futuro, aprovechando su perfil energético y su infraestructura existente.
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La firma del memorando no implica aún una decisión final de inversión, pero sí marca un paso relevante: establece un marco de cooperación técnica y estratégica que, de concretarse, podría ubicar a la Argentina y a la Patagonia en la vanguardia de las nuevas cadenas globales vinculadas a la transición energética.
