InicioTecnoCon tres millones de usuarios y 30 años de historia, el telepeaje...

Con tres millones de usuarios y 30 años de historia, el telepeaje argentino se prepara para un «futuro sin barreras»

El 22 de agosto de 1995 marcó un hito en la historia de la movilidad argentina. Por primera vez, los autos que circulaban por las autopistas Perito Moreno y 25 de Mayo pudieron atravesar el peaje sin detenerse, gracias a un sistema que entonces parecía futurista: el telepeaje. Un dispositivo en el parabrisas se comunicaba con una antena, validaba la información y levantaba la barrera.

Treinta años después, esa tecnología —popularizada bajo el nombre de TelePASE— ya es parte de la vida cotidiana de más de tres millones de usuarios y se convirtió en un estándar regional. Detrás de esa evolución hay una historia de innovación, riesgo y visión que empezó mucho antes de que los argentinos nos acostumbráramos a viajar sin efectivo en mano.

«Estoy muy orgulloso de haber sido pioneros en introducir esta tecnología en Argentina y Latinoamérica; una innovación que ha transformado la forma en que miles de argentinos se movilizan cada día. Para nosotros no solo se trata de una implementación tecnológica, sino de un compromiso con la mejora de la calidad de vida y el progreso de la región», asegura Ricardo Echandi, cofundador de Sistemas Integrados de Control SA (STL) y de Telepeaje S.A. (Telepeaje Plus).

La semilla del telepeaje se plantó en 1991, cuando un grupo de ingenieros buscaba modernizar los sistemas de estacionamiento. En ese entonces se usaban tarjetas perforadas que se trababan con frecuencia, generando colas y malestar. STL, creada con el objetivo de desarrollar un sistema de parking automático, implementó un modelo basado en código de barras, pionero en su tipo y antecesor del uso masivo de los QR en parkings.

A partir de ese avance, la compañía dio un salto mayor: integrar periféricos y software de control con computadoras hogareñas; algo inusual en ese momento para las automatizaciones. En diciembre de 1993, esa innovación la implementaron en AUSA —entonces gestionada por la constructora Huarte—, con el primer sistema de peaje con vías  controladas íntegramente por computadora en la Argentina.

El siguiente paso era inevitable: traer el telepeaje. En Estados Unidos ya estaba en funcionamiento, y Europa tenía apenas unas pocas implementaciones. STL buscó primero un socio francés, pero el acuerdo finalmente se cerró con la estadounidense Amtech (hoy TransCore), líder global en identificación vehicular. En 1994 firmaron la alianza y un año después se produjo el debut del primer sistema de telepeaje de Latinoamérica. El tag de ese entonces era una caja negra que contenía el circuito y una batería que duraba 5 años.

En 1995 los autos cruzaron por primera vez un peaje sin detenerse gracias al telepaje

«Cuando lo implementamos en 1995 ya visualizábamos que iba a crecer rápido, porque se venían nuevas concesiones en los accesos a la ciudad y la modalidad estaba incluida en su operación. Lo que también veíamos era la enorme cantidad de usos que podía tener la tecnología, y tratamos de impulsarlos desde aquel momento», explica Echandi en diálogo con iProfesional.

Ese 22 de agosto, el telepeaje se estrenó en la Perito Moreno y la 25 de Mayo. Luego se sumaron la Ezeiza-Cañuelas, el Acceso Oeste, la Buenos Aires-La Plata, la Illia y el Camino del Buen Ayre. Para fines de los ’90, el sistema ya estaba extendido en el Área Metropolitana de Buenos Aires.

La resistencia cultural fue menor a la esperada. «Solo al principio los medios de pago tuvieron algunas dudas. Pero una vez pasado ese inicio apoyaron fuertemente la solución. En cuanto a los usuarios, el impacto fue muy positivo desde el comienzo: ahorraban tiempo, evitaban manejar efectivo y valoraban la innovación«, recuerda Echandi. En 1999 se concretó además el primer acuerdo de interoperabilidad entre concesionarias, lo que permitió que los usuarios pudieran circular con un único dispositivo por distintas autopistas.

En paralelo, el telepeaje se extendió a otros usos: los implementaron en los parkings, en el año 2000 se aprobó el pago de combustible en estaciones Shell a través del mismo dispositivo – un desarrollo que fue pionero a nivel mundial- y en Caminos de las Sierras (Córdoba), se instalaron los primeros tags sin batería, precursores de la tecnología actual.

La innovación comenzó a exportarse. En plena crisis de 2002, STL se asoció formalmente con TransCore y nació SIC TransCore Latinoamérica, con el objetivo de llevar el know-how a otros países. Así se implementaron los primeros telepeajes en Ecuador y Colombia, además de soluciones en Perú, Chile, Paraguay y República Dominicana.

En Argentina, la expansión continuó con la creación de Telepeaje S.A. (Telepeaje Plus), que nació en 2011 de la necesidad de contar con una plataforma centralizada para usuarios, concesionarios y servicios adicionales. Con el ingeniero Jorge Lafage como presidente, la compañía logró integrar y operar ocho concesionarios, además de estacionamientos y aeropuertos como por ejemplo Ezeiza, Aeroparque y Córdoba.

El sistema Free Flow eliminará las barreras de peaje y será obligatorio antes de 2027

Adiós a las cabinas: así será el futuro de los peajes en Argentina (y ya empezó)

Treinta años después de aquella primera prueba, el telepeaje encara una nueva revolución: el Free Flow, una modalidad en la que no existen estaciones de peaje ni barreras. Los vehículos circulan libremente, mientras un sistema de antenas y cámaras registra el paso y procesa el cobro en segundo plano.

La experiencia internacional marca el camino. En Estados Unidos, casi el 85% de las transacciones se realizan bajo esta modalidad; en Chile, los primeros sistemas funcionan desde comienzos de los 2000; y en Europa, las implementaciones son cada vez más frecuentes. En Argentina, AUSA fue pionera con el Paseo del Bajo y luego extendió el sistema a todas sus autopistas.

«Hoy, a nivel técnico, los sistemas están muy maduros. El desafío mayor está en el entorno de back office y operacional, que requiere plataformas probadas y procedimientos muy estrictos. Para que la masificación sea exitosa se necesita también un entorno jurídico que evite fraudes o violaciones de pago», advierte Echandi.

Las dificultades más críticas aparecen en la gestión de patentes dañadas, autos sin identificación y posibles fraudes. Una de las soluciones que el experto propone es la creación de un registro electrónico de vehículos o tercera placa, con la misma tecnología RFID que hoy se usa en los tags. En Chile, por ejemplo, la circulación está ligada al pago de un permiso anual que obliga a saldar también las deudas de peaje.

El Gobierno argentino ya puso fecha: entre 2025 y 2027, todas las concesiones deberán migrar a Free Flow. «Hay una decisión clara de avanzar hacia ese modelo. Telepeaje Plus está preparada: contamos con una plataforma integral de nivel mundial, un equipo altamente capacitado y la tecnología de nuestra socia TransCore, que hoy combina identificación vehicular con inteligencia artificial para la detección y clasificación de vehículos», asegura Echandi.

Los beneficios esperados son concretos: menos accidentes en zonas de peaje, mayor seguridad vial, ahorro de tiempo y combustible, y menor contaminación ambiental. «En Nueva York, cuando TransCore cambió todos los sistemas de peaje a Free Flow en puentes y túneles, los resultados fueron contundentes: reducción del 41% en colisiones, 32% menos de tiempo de viaje, 4 millones de litros de combustible ahorrados y 3 millones de horas de tránsito evitadas», detalla Echandi.

Datos de Nueva York (Estados Unidos). Fuente: TransCore – SIC TransCore Latinoamérica

En cuanto a la inversión, Echandi explica que el esquema es de participación privada: «Las concesiones viales son de inversión privada, el Estado brinda el entorno para que sean posibles. La infraestructura tecnológica es un porcentaje pequeño en comparación con la obra vial, pero es fundamental para garantizar la recaudación. Como siempre lo hemos hecho, acompañamos con inversión tecnológica y mejora continua».

La meta está planteada: para 2027, los peajes con cabinas serán parte de la historia. Y si 1995 marcó un antes y un después en la manera de viajar, el próximo hito promete una transformación todavía más radical.

A tres décadas del debut del telepeaje, la innovación en historia de la movilidad argentina sigue siendo el motor. «Tenemos plena convicción del camino a seguir. Dependerá de distintos factores el cumplimiento de los plazos, pero el futuro de la movilidad será cada vez más rápido, seguro y sustentable», concluye Echandi.

Más noticias
Noticias Relacionadas