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Parece joda

Esta columna tiene una historia que hoy merece ser resumida a la luz del motivo de su creación y de cómo el tiempo le fue dando una cantidad de letra impensada.

Fue en 1996 cuando un directivo del diario decidió que no podían dejarse pasar por alto los exabruptos y las frases insólitas de dirigentes políticos, de los que se esperaban -ya no tanto- comportamientos más elegantes, sesudos y, de ser posible, inteligentes.

La catarata de brulotes cometidos desde lo más alto del poder y el acelerado -creíamos entonces porque no fuimos capaces de predecir el futuro- uso de un lenguaje barriobajero dieron pie, humor e ironía mediante, para la redacción de miles de misceláneas dominicales.

Para la misma época, se decidió abandonar la vieja máxima del diario por la cual las “malas palabras” se consignaban con la inicial, seguida de puntos suspensivos. Si quien la decía era una autoridad, debía hacerse cargo. Debíamos consignarlas completas. Adiós al suspenso gráfico.

Tan solo del último mes hubo varias de esas frases, todas para el anecdotario… el de las frases lamentables, pero anecdotario al fin.

 “Piensa que somos boludos, pero somos boludos de un solo lado, no somos boludos enteros. La moción [para intentar destrabar la comisión investigadora del caso $LIBRA] no es una interpretación, quieren cambiar el reglamento interno”, acusó a viva voz el diputado nacional Álvaro Martínez al cruzar en el Congreso a su par Oscar Agost Carreño, a quien le trocó el apellido por “Carroña”. No es una cuestión de género ni de partido político, ¡qué va!. Previamente, varias damas legisladoras ya se habían tratado en otras sesiones de “gato”, “forra” y “rubia teñida”, y hasta se tiraron agua.

Atención con esta fina “metáfora” acuñada por el diputado bonaerense massista Rubén Eslaiman. “Kicillof me pudrió. Me tiene las pelotas por el suelo”. No fue todo, se explayó un poquito más diciendo que el gobernador bonaerense busca llevar a los legisladores “a patadas en el culo” con iniciativas que generan sus acólitos “cuando están al pedo”. Para quien no lo conozca, a Eslaiman, se lo quiso vincular con “el caso Chocolate”, el puntero que se quedaba con dinero de la Legislatura provincial a través de “ñoquis” para el financiamiento de campañas electorales y alegría de bolsillos personales. Eslaiman no fue procesado y jura que quisieron ensuciarlo.

“La acción de solidaridad con Cristina y en defensa de los derechos humanos políticos, económicos, sociales y culturales de los argentinos no se suspende por ninguna causa […]. Se sostiene junto a todo aquel que no se resigna a vivir sin la libertad de elegir a Cristina o a quien se le cante las pelotas, quien no se resigna a vivir en el régimen ilegítimo de Milei, la oligarquía y los supremos hijos de p*** (Acá se respetaron los asteriscos porque pertenecen al abogado y dirigente social Juan Grabois, autor del académico posteo en su cuenta de X).

Y cerramos con la “abogada exitosa”, protagonista físicamente ausente por razones judiciales pero tecnológicamente presente del acto en su honor -que no es lo mismo que decir en su honorabilidad, por cierto-. Molesta porque no sabía si podía o no salir al balcón de su peculiar unidad básica de Constitución, tuiteó: “Parece joda, pero no”. La habilitaron a salir y pidió más. Lo sigue pareciendo.


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