El Último Primer Día, conocido popularmente como UPD, se convirtió en una tradición emblemática para los estudiantes de quinto y sexto año de la escuela secundaria en Argentina.
Este festejo marca un momento especial en la vida de los jóvenes: el inicio de su último año escolar. Sin embargo, lo que comenzó como una celebración cargada de entusiasmo y alegría, con el paso del tiempo adquirió características que preocupan a las autoridades educativas, a los padres y a la sociedad en general.
La dinámica del UPD es sencilla pero significativa. Los estudiantes se reúnen la noche anterior al primer día de clases para celebrar juntos durante toda la madrugada. La jornada suele estar cargada de simbolismo: es un momento para compartir con compañeros y amigos, para reflexionar sobre los años vividos en la escuela y para anticipar el cierre de una etapa importante. Sin embargo, lo que podría ser una celebración tranquila y emotiva ha derivado, en muchos casos, en excesos que generan alarma.
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En las primeras horas del día, los jóvenes suelen llegar al colegio en caravana, acompañados por bombos, disfraces y cotillón. Este despliegue festivo busca mostrar unidad y entusiasmo, pero también ha sido objeto de críticas debido a los comportamientos que a menudo lo acompañan. Con el paso de los años, el UPD tomó un carácter más desenfrenado. En muchas ocasiones, los festejos incluyen un consumo elevado de alcohol e incluso sustancias ilícitas, lo que pone en riesgo la salud y la seguridad de los jóvenes. En este contexto, surgen debates sobre cómo abordar esta tradición sin perder su esencia pero minimizando los riesgos asociados.
EL INDIGNANTE UPD EN COMODORO RIVADAVIA
En Comodoro Rivadavia, esta semana se registraron múltiples celebraciones del UPD en distintos puntos de la ciudad. Sin embargo, uno de estos festejos generó gran controversia debido a la temática elegida por un estudiante para conmemorar su último primer día.
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La indignante frase que utilizó el estudiante comodorense
Foto: El Comodorense
El joven utilizó una remera con una frase que hacía referencia al caso Loan, un niño desaparecido desde junio de 2024 cuyo paradero sigue siendo desconocido. La inscripción decía: “No soy Loan pero hoy me re pierdo”. Este gesto fue rápidamente difundido a través de redes sociales y generó indignación entre los usuarios, quienes consideraron que trivializar un caso tan sensible era una falta de respeto hacia la familia del menor y hacia la sociedad en general.
El caso Loan sigue siendo uno de los más resonantes en el país. Desde su desaparición el 13 de junio de 2024, las investigaciones han avanzado lentamente y han estado marcadas por controversias e incertidumbre. A lo largo del proceso judicial se detuvo a varias personas vinculadas al entorno del niño, aunque muchas fueron liberadas por falta de pruebas contundentes.
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Actualmente hay siete detenidos: Laudelina Peña, tía del menor; Bernardino Antonio Benítez, tío político; María Victoria Caillava y su esposo Carlos Guido Pérez; Daniel Oscar Ramírez; Mónica del Carmen Millapi; y el comisario Walter Adrián Maciel. Las circunstancias exactas de lo ocurrido aún no han sido esclarecidas por completo, pero el caso continúa siendo investigado con intensidad.
Loan desapareció el 13 de junio de 2024
Foto:Ámbito
El uso del caso Loan como temática para una celebración escolar como el UPD revela una problemática más profunda: la falta de sensibilidad social ante hechos trágicos que afectan a todo el país. Este incidente pone en evidencia cómo ciertos sectores juveniles pueden banalizar situaciones graves en contextos festivos sin medir las consecuencias emocionales o éticas que esto puede generar.
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A pesar de estas preocupaciones, el UPD sigue siendo una tradición muy esperada por los estudiantes argentinos. Es un momento único que marca el inicio del fin de una etapa fundamental en sus vidas. Sin embargo, es necesario replantear cómo se llevan a cabo estas celebraciones para garantizar que sean seguras y respetuosas tanto para los jóvenes como para la sociedad en general. Las escuelas pueden jugar un rol clave promoviendo actividades alternativas que permitan canalizar la energía festiva sin recurrir a excesos ni fomentar comportamientos irresponsables.